Adentrémonos en los Países Bajos, alrededor del año 1650, donde los Tercios de Flanes lidiaban sus últimas batallas, época en la que finalizaba la guerra de los 80 años y al mismo tiempo en dicho entorno nace de manos del médico holandés Franciscus Sylvius (Franz de le Boe) un destilado holandés, Genever, para uso medicinal, servía curiosamente, para contribuir al coraje combativo de las tropas. Efectivamente era el origen de la ginebra, haciéndose posteriormente muy popular en Gran Bretaña (particularmente en Londres) cuando Guillermo de Orange se convirtió en el rey Guillermo III de Inglaterra y la Ginebra Genever quizás sea el mejor reflejo en la actualidad de conocer las características de como seria aquel destilado.

Y todo ello al norte de Burgos, donde han conseguido recuperar la esencia inicial de aquel "destilado holandés”. Hablamos de la Destileria Reino de Castilla, ubicada en Poza de la Sal, en un enclave privilegiado entre la llanura Burebana y el Páramo de Masa. Allí, Víctor Aguirre, propietario, alquimista y maestro destilador, elabora productos de forma totalmente artesanal y con productos locales (principalmente del Valle de las Caderechas), empleando alambiques tradicionales de cobre y técnicas ancestrales que hacen que cada uno de sus espirituosos sea una obra única de autor incluidos en el sello de Calidad de Artesanos de Castilla y León y Burgos Alimenta de la Diputación de Burgos.

Su historia es reciente, comenzando hace 4 años a elaborar licor de cereza y manzana y más tarde el Licor de Hierbas del Páramo. Al segundo año de producción, hubo una helada que le dejo sin materia prima para elaborar dichos licores. En un viaje a una Feria de Alemania conoció a un español que le hizo comprender a Víctor la esencia de los destilados. Desde Alemania viajo a Holanda, origen de la ginebra, donde conoció a una persona que vivía en un pequeño pueblo y que elaboraba la ginebra que más se podía parecer a la ginebra original de 1650. De regreso a Burgos, tenía claro que empezaría a producir ginebra burgalesa completamente artesanal, utilizando un alcohol neutro de elaboración propia- que hace que la maceración del enebro y otros botánicos sea total y el aroma que adquiere la ginebra genuina e inconfundiblemente natural.

Su principal mercado es Madrid, con clientes fieles a dicho estilo y donde muchos prefieren disfrutarla sola, sin tónicas para percibir todo su potencial. Nos recuerda Víctor que en su consumo no se necesita un gran volumen de ginebra pues con poca cantidad podemos percibir su complejidad, aunque es cuestión de tiempo que nos acostumbremos a valorar que las ginebras de calidad no necesitan mucha cantidad para expresarse. Su asignatura pendiente quizás todavía sea Burgos, donde se va posicionando poco a poco.

La botella va desnuda y discreta etiqueta para enseñar la esencia y el alma del producto. En la mente de este empresario ya hay nuevos cambios y nuevos productos como hidromieles y nuevas sorpresas.

Nota de Cata:

Graduación: 40% vol.
Producción anual: 1.000 botellas.
Vista: Cristalino, limpio y transparente.
Nariz: Muy aromático, con buena intensidad, donde destaca la presencia de notas de bayas de enebro y cardamomo de forma fresca, armónica y equilibrada.
Boca: Ataque suave, recorrido sutil, seductor, con recuerdos cítricos y de nuevo la presencia de las bayas de enebro. Un postgusto largo, cuya clave de que el sabor dure mucho tiempo en la boca se debe a que utiliza alcohol neutro en su elaboración.
Temperatura de servicio: Víctor Aguirre nos sugiere que se pruebe sola, a temperatura ambiente. De esta forma se puede percibir su extraordinaria calidad.

Si se va a consumir como Gin Tonic, aconsejamos utilizar solo 20 ml. Ya que no se precisa más cantidad para una correcta degustación. Y lógicamente, hielo y un cítrico; nada más.